Las aves pueden causar daños considerables a edificios e infraestructuras con sus excrementos corrosivos y sus nidos. El control aviar ayuda a prevenir estos daños, reduciendo los costos de mantenimiento y reparación.
Las aves pueden ser portadoras de diversas enfermedades que pueden transmitirse a los humanos. Mediante el control aviar, se minimiza el riesgo de enfermedades como la histoplasmosis, la criptococosis y la psitacosis.
Las áreas infestadas por aves suelen estar sucias debido a los excrementos y restos de nidos. Controlar las poblaciones de aves contribuye a mantener estos lugares limpios y seguros.
El control de aves invasoras ayuda a proteger las especies nativas y mantiene el equilibrio ecológico en los entornos urbanos y semiurbanos.
En áreas urbanas, algunas especies de aves pueden ser muy ruidosas, causando molestias a los residentes y trabajadores. Controlar estas poblaciones reduce el nivel de ruido y mejora la calidad de vida.
Las aves en grandes cantidades pueden interferir con el tráfico aéreo y terrestre, aumentando el riesgo de accidentes. El control aviar es esencial para garantizar la seguridad en aeropuertos y zonas con alta circulación de vehículos.
La instalación de redes y barreras físicas en edificios e infraestructuras impide que las aves se posen o aniden en áreas no deseadas. Estas soluciones son duraderas y efectivas para una amplia gama de especies de aves.
Utilizamos una variedad de dispositivos de disuasión visual y auditiva, como espantapájaros, globos reflectantes y sistemas de sonido, para mantener a las aves alejadas de áreas específicas.
Los sistemas de pinchos se colocan en superficies donde las aves tienden a posarse, evitando que se instalen en esos lugares sin causarles daño.
El uso de aves rapaces entrenadas es una técnica natural y efectiva para ahuyentar a las aves no deseadas. Estas aves actúan como depredadores naturales, disuadiendo a otras aves de frecuentar el área.
Modificar el entorno para hacerlo menos atractivo para las aves, como la eliminación de fuentes de alimento y agua, y la gestión de áreas de anidación potenciales.
En algunos casos, se pueden utilizar repelentes químicos seguros y aprobados para disuadir a las aves de anidar o posarse en áreas específicas.